Árbol en la entrada al templo Hasedera

Kamakura, ciudad de templos

En nuestro cuarto día de viaje decidimos que había llegado el momento perfecto para realizar la primera de las visitas fuera de Tokio que teníamos programadas. Y escogimos visitar Kamakura.

La ciudad de Kamakura se encuentra a unos 65 Kms de Tokyo y se tarda poco más de una hora en tren: tomamos la línea JR Yamanote en la estación de Okachimachi hasta la Estación de Tokio y allí la línea JR Yokosuka que pasa por Kamakura.

A lo largo del trayecto nos fijamos como iban subiendo familias y grupos de adolescentes que iban a la playa, ya que la línea Yokosuka pasa por varias ciudades costeras.

Nos bajamos en la estación de Kamakura, la que se encuentra más al sur de la ciudad de las dos que tiene, ya que nuestra intención era la de visitar en primer lugar el Templo Hasedera y luego el Daibutsu, el Gran Buda del templo Kotokuin.

Cuando nos bajamos del tren lo primero que hicimos fue entrar a la oficina de información y hacernos con un mapa en español. Jose ya había visitado la zona en un viaje anterior y nos había advertido de que en Kamakura había muchos templos y santuarios para visitar y que sería imposible verlos todos en un solo día. Pero no fue hasta que no vi el mapa que me convencí por completo. Así que había que elegir entre lo que ver aquel día y desistir de ir a otros sitios muy a nuestro pesar.

El templo Hasedera

Decidimos caminar hasta el templo Hasedera dando un largo paseo. Este templo tiene dos niveles claramente diferenciados. En el primero, nada más entrar, nos encontramos con un denso jardín de preciosa vegetación que rodea un estanque.

Jardines del Templo Hasedera

Estatuas Jizo

Subiendo unas pequeñas escaleras de piedra que hay a mano derecha encontramos lo que realmente impacta de este nivel: son las hileras de pequeñas estatuas dedicadas al Dios Jizo, protector de las almas de los niños no natos o que murieron a temprana edad. Las familias que han sufrido la pérdida de un niño son las que depositan estas estatuas en el templo. Y, desgraciadamente, había muchas, muchísimas.

También es frecuente encontrar estas estatuas ataviadas con gorros y baberos de color rojo, o con montoncitos de pequeñas piedras apiladas a sus pies.

Kannon-do Hall

Continuamos subiendo las escaleras de piedra y llegamos al segundo nivel. Es en éste donde se encuentra el edificio principal del complejo, el Kannon-do Hall, y en su interior una estatua hecha de madera de más de 9 metros de altura que representa a Kannon, la Diosa de la misericordia. Esta estatua tiene 11 cabezas: tres delante, tres a la izquierda, tres a la derecha, una arriba y otra detrás. Cada cara tiene una expresión diferente, dando a entender que la Diosa escucha los deseos de todo tipo de gente.

A la derecha del Kannon-do encontramos las esculturas de los Shitennō, los Cuatro Reyes Celestiales. Cada uno de ellos protege uno de los cuatro puntos cardinales y todos ellos sirven a Taishakuten Señor del cielo de los Treinta y Tres Dioses (al que encontramos en el centro, flanquedo por los Shitennō). Todos ellos protegen tanto a deidades como a los humanos.

Campana fundida en el siglo XIII

Más a la derecha encontramos un archivo de madera giratorio de sutras, pergaminos con discursos en los que se exponen las enseñanzas del budismo. Justo al otro lado del complejo tenemos una pequeña campana con una inscripción que indica que fue hecha en el año 1264 por Mononobe Sueshige.

Y esto es lo que nos dió de sí el templo de Hasedera. Era hora de ir a ver el Daibutsu del templo Kotokuin, pero eso os lo explicaré en otra ocasión.

Salu2.

por | Dic 16, 2013

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